. Cargar/salvar a otros.
. Demostrar (que eres capaz, inteligente, que puedes...etc).
. Controlar.
. Ser quien no eres (en lugar de ser tú eres las proyecciones y expectativas que los demás ponen en ti).
. Creer que nunca tienes tiempo y que vas tarde.
. No poner límites.
. Abusar de ti y de tu cuerpo.
. No descansar.
. Vivir amenazada (voy a perder mi trabajo, mi dinero, me van a dejar...)
. Pensar demasiado.
. Creer que si descansas algo "malo" va a pasar (esta puede ser una creencia heredada).
. Competir para ser el/la mejor en tu día a día.
Haciendo una reflexión a esta lista que te he dejado: ¿Con cuántas de estas te sientes identificad@?
Si soy honesta conmigo misma, coincido en casi todas las de esta lista. Simplemente quería hacer una reflexión sobre esto, porque en cuanto dejas ir el control, el salvar a los demás, el pensar tanto y darle demasiadas vueltas a las cosas... etc. Te das cuenta que todo fluye mucho más y que todo se da con más facilidad.
¿Y por qué se hace tan difícil cambiar esto? Pues realmente es porque siempre estamos en el hacer, en el accionar... hay que aprender a liberar.
Por eso, siempre propongo la pausa, como opción más sólida y fácil plasmar.
¿Cómo usar la pausa a nuestro favor?
Colócate en una habitación o espacio tranquilo, enciende una vela (si puede ser mecha de madera mejor que mejor), siéntate y respira durante unos minutos sin analizar nada. ¿Cómo se siente tu cuerpo? quizás te pida movimiento o descanso, escúchate. No concluyas nada. Simplemente tienes que estar unos minutos presente.
¿Qué tal se siente?
Un abrazo,
Sandra.

Commentaires